K'aresh Rol Server
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.


Foro de K'aresh server
 
ÍndiceBuscarÚltimas imágenesRegistrarseConectarse

 

 Karog "el enclenque"

Ir abajo 
2 participantes
AutorMensaje
Karog
Iniciado en Rol
Iniciado en Rol
Karog


Mensajes : 8
Fecha de inscripción : 30/06/2008
Edad : 35

Karog "el enclenque" Empty
MensajeTema: Karog "el enclenque"   Karog "el enclenque" EmptyMar Jul 01, 2008 5:03 pm

“Hay varias maneras de hacer las cosas . . . sin embargo ninguna de ellas se adapta a la forma de vida a la que me acostumbraron.

Hay miles de sentimientos diferentes . . . y sin embargo ninguno de ellos puede hacer mella en mí después de todo lo ocurrido.

Hay mil muertes esperando ahí fuera, anhelando que asome un poco la cabeza para caer sobre mi como buitres sobre la carroña. No obstante, he aprendido a esquivarlas a mi manera.”

No era más que un niño cuando me sacaron a rastras de mi casa con la excusa de que el pueblo me necesitaba y con la promesa de que algún día volvería a ver aquel lugar. También prometieron proteger a mi antigua familia de los ataques de los bandidos y dos semanas después de mi rapto ellos ya habían muerto. Pero eso ya es agua pasada y aunque en su momento fue un duro golpe para mí, todos esos recuerdos han sido debidamente borrados o inhibidos con el paso de los años.

Mi entrenamiento fue especialmente duro. No era un chico de complexión demasiado fuerte y los excesivos entrenamientos a los que me sometían hicieron mella rápidamente en mi organismo. Sin embargo, los abusos tanto por parte de los entrenadores como de los compañeros hicieron crecer en mí el ingenio y la agilidad, convirtiéndome quizá en una de las personas con más facilidad para evitar problemas de Azeroth. Un buen día, cuando ya llevaba unos años en aquel maldito campo de entrenamiento, todo cambió de manera radical. Recuerdo que era la primera misión de prueba como guardia y que se nos asignó para proteger una caravana por una ruta poco transitada, que atravesaba un pequeño bosque y se internaba poco mas tarde en las montañas. Recuerdo también que mis dos compañeros llevaban ya una larga temporada riéndose de mi y alardeando de su gran potencial como guerreros. Todo ocurrió muy deprisa.

La lluvia empezó a caer con fuerza y nuestros pies se hundían en el barro, haciendo que la marcha fuera mas lenta de lo normal. Dentro de la carreta se oían las risas de los dos comerciantes provocadas por el vino, mientras mis compañeros, el conductor y yo soportábamos la lluvia. De golpe y porrazo una flecha atravesó el aire atravesándole el cuello al conductor de la carreta y tres hombres salieron al paso empuñando espadas cortas. Todos ellos estaban empapados y llenos de barro, pero hubo uno de ellos que me llamó mucho la atención: llevaba el pelo recogido en una larga coleta y sus pequeños ojos relucían con una malicia casi sobrenatural y una sonrisa impregnada de locura se le dibujó en la cara nada mas saltar al camino. Mis dos compañeros desenfundaron las espadas mientras los dos comerciantes intentaban salir huyendo. Por suerte o por desgracia sus esfuerzos fueron en vano.

Conseguí esconderme tras unos arbustos antes de que empezara la escabechina. Aquellos hombres sabían lo que se hacían y no tardaron demasiado en degollar a mis dos compañeros. Poco después delante de mis narices los dos mercaderes caían muertos atravesados por varios virotes. Quizá se me pueda tachar de cobarde o de desertor (que en realidad es lo que hicieron en su día), pero no me importaba lo mas mínimo ninguna de las vidas que en aquel lugar se perdieron y no pensaba arriesgar la mía, por miserable que fuera.

Esperé escondido durante un rato con la esperanza de que no me descubrieran y por unos momentos pareció que todo iba bien.

- Vaya, vaya, pero que tenemos aquí? Parece que hay alguien que no se ha querido unir a nuestra fiesta -. Una voz suave e inquietante apareció de repente detrás de mí. Salí de un salto al camino asustado y sin saber que hacer y, cuando me día la vuelta, aquellos ojos que tanto me habían intrigado me miraban con intensidad.- Que pasa amigo, es que no vas a intentar matarme? –. De nuevo aquella sonrisa se dibujó en aquella cara curtida y llena de cicatrices dejándome paralizado por el terror. Aquel hombre desenfundó de nuevo su espada y cargó contra mi con una agilidad casi letal.

No se si fue el instinto o simplemente el estar acostumbrado a este tipo de situaciones pero casi involuntariamente empecé a esquivar sus estocadas. Una vez tras otra el filo de su espada pasaba a escasos milímetros de mi piel pero nunca llegaba a tocarme. En un ágil movimiento y tras un breve despiste de mi oponente golpeé su muñeca con fuerza haciendo que su espada cayera al suelo con estruendo. Fue entonces cuando por primera vez miré a mi alrededor. Habán tres bandidos más en aquel lugar y dos de ellos me apuntaban con sus respectivas ballestas con cara de pocos amigos. El otro se dirigía hacia allí cauto con la espada desenfundada con un gesto de ira en sus facciones de miliciano. Entonces miré de nuevo a mi oponente, pensando ya que aquel era el fin de mi corta y desgraciada vida y me sorprendió ver que sonreía divertido de ver todo aquel espectáculo.

- No esta nada mal chico, no está nada mal. Y vosotros – dijo mirando a sus compinches – bajad las armas, no creo que vayan a ser necesarias. Dime chico, cual es tu nombre?
- Karog – dije dubitativo y desorientado.
- Un placer Karog. Mi nombre es Gako y lidero a este grupo de granujillas. Dime, porque no has luchado junto con tus compañeros? -. En aquel momento no supe que decir, y lo único que hice fue mirar los cuerpos sin vida de aquellas dos alimañas con cara de indiferencia-. Ya veo . . . supongo que ahora no tienes ningún lugar donde ir. Que te parecería venirte con nosotros una temporada? No es una vida demasiado grata, pero seguro que con nosotros estás mejor que con la gente que te degollará solo por haber desertado.

En ese momento se me pasaron muchísimas cosas por la cabeza, pero lo que se oía mas fuerte era: “ Él tiene razón. Ya no puedo volver o será el fin de mis dias”. De esta manera, asentí con desconfianza y empezaron mis andaduras con aquel grupo, que poco después me llevarían a una horrible muerte y al despertar de mi verdadera conciencia.

Pasé una larga tempo con ese grupo y enseguida me di cuenta que el único inteligente era su inestable cabecilla. Los demás no eran mas que brutos sedientos de sangre que se conformaban con saquear lo justo para emborracharse cada noche y saciar su brutalidad matando de vez en cuando a algunos mercaderes. En ese tiempo aprendí el arte del sigilo, el robo, el disfraz y el asesinato, cosas que me fueron ( y lo son) bastante útiles en la infravalorada profesión a la que me dedicaba. Fueron sin duda unos años bastante felices en los cuales empecé a iniciarme en la ingeniería y donde poco a poco fui perfeccionando las diferentes habilidades que se me iban enseñando. Pero pocas cosas duran eternamente y esto no fue una excepción.
Todo ocurrió después de un gran golpe en la casa de un importante comerciante. Nadie conocía el nombre de los asaltantes pero aquella vez nos estaban buscando con mucho ímpetu y estábamos seguros de que si no hacíamos algo acabarían por descubrirnos. Teníamos ya la huída preparada e incluso habíamos encontrado un refugio lo suficientemente amplio como para cobijarnos durante un tiempo, pero a uno de esos asquerosos brutos se le fue la lengua una noche en la taberna y soltó mi nombre, implicándome directamente en el robo. Al día siguiente se podían ver carteles con mi cara por todos los rincones de la ciudad. Quizá suene a excusa barata, pero no tuve alternativa. Aquella misma noche aquel bruto fue asesinado limpiamente en su habitación dentro de la posada y jamás se volvió a ver a Karog por aquellos lares y, aunque lo buscaron por todas partes, no llegaron a dar con él. Se rumoreaba que había escapado con el botín lejos, hacia el sur y que ahora vivía rodeado de lujos en un pequeño refugio en las montañas. La realidad es mucho mas triste.

Avancé hacia el norte, exiliándome de aquellas tierras para siempre todavía con el odio hirviendo y corroyéndome por dentro. Pasé largos meses viajando, sobreviviendo a base de frutas y cazando lo que podía, hasta que llegué a este lugar maldito. Parecía que todo había sido devastado por la peste y que ya nada quedaba de lo que en su día había sido el próspero reino de Lordaeron. Al parecer debí comer algo indebido pues poco a poco empecé a debilitarme y un intenso dolor empezó a azotarme hasta que fue insoportable y perdí la conciencia. La siguiente vez que abrí los ojos estaba entre montones de cadáveres sin vida y, en cuanto me di cuenta de lo que me había pasado, chillé de ira, pena y rabia.

Ahora todo esto queda mas lejano. He aprendido a integrarme en esta pútrida sociedad y empiezo a poder ganarme al vida tal y como lo hacía antes. Ahora tengo por delante una nueva vida y esta vez no pienso desaprovecharla. He cometido muchísimos errores y he confiado demasiado en personas que ni siquiera se merecían que les dirigiera la palabra. He acatado muchísimas normas, incluso las que iban contra mi propia persona . . . ahora soy yo el que dicta las normas de mi propio juego.
Volver arriba Ir abajo
Deadnight
Super Administrador
Super Administrador



Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 30/06/2008

Karog "el enclenque" Empty
MensajeTema: Re: Karog "el enclenque"   Karog "el enclenque" EmptyMar Jul 01, 2008 5:35 pm

Acepto tu historia Karog!

Bienvenido a K'aresh!

mandame un mp con tu cuenta y contraseña!

nos vemos dentro
Volver arriba Ir abajo
https://kareshwow.foroes.org
 
Karog "el enclenque"
Volver arriba 
Página 1 de 1.

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
K'aresh Rol Server :: Historias de los Personajes :: Forsaken-
Cambiar a: