Beryl, Humano Cazador

nombre: Beryl

Edad: 16

apellidos: Blood Hat

Profesión: cazador

Alineación: neutral bueno

Humano Cazador Beryl

Los primeros rayos del alba, iluminaron el rostro del cazador, el cual se irradiaba de alegría y libertad. Puso un pie en el descampado arrojando su lanza, la cual penetro el aire hasta terminar en las entrañas de un apetitoso conejo.
-Hoy tengo cena- murmuró con una débil sonrisa- espera…
Toco lentamente la boca del animal, procurando no dañarla
-¿Qué es esto?- se pregunto removiendo con fuerza uno de sus dientes, el cual tenia un brillo especial. Porque a la postre, no era un diente.
Sin mediar palabras, con facilidad de aquel incisivo extrajo un diminuto diamante, cuan brillo alumbraba su sonrisa ávida
-Me harás rico- pensó colocando la liebre en su espalda- ahora volvamos a casa…

Narthian, la capital del pueblo. Oculto entre los edificios se erguía un muelle abandonado, donde los peces predominaban, sin embargo los ciudadanos no se atrevían a cruzar los límites de su morada, por motivos de seguridad.
Los perversos legionarios, se habían apoderado de la capital estableciendo sus propias leyes, la cual una de ellas indicaba que bajo ningún motivo, podían abandonar el establecimiento a más allá de la vivienda del vecino. No obstante, esto era solo una absurda frase para el cazador, carente de nombre, pero apodado Beryl. Desobedecía las reglas, cuan también lo hace con su familia.
La madre, de aspecto astroso, pero a la vez hermosa y humilde, escaseaba de dinero. Con ambiciones de trabajar, pero obstruida por las infames peticiones del rey.
Sumido y asaltado por los pavorosos pensamientos, Beryl se prometió a si mismo acabar con el sufrimiento de la madre y de todos los habitantes.
-Los legionarios…- decía Beryl en vos alta mientras acomodaba al conejo en su hombro- Idiotas, solo porque tienen armadura y espada, se creen los reyes del mundo
Justo antes de traspasar la entrada a Narthian, se topo con alguien que corrompió sus pensamientos y lo aterrorizo tomándolo por sorpresa
-¿Te crees gracioso?- comentó con mucha exasperación
Beryl se volvió tantas veces, para asegurarse que no se trataba de el
-Oye… puedo explicarlo- expreso levantándose el cabello con brusquedad
-Silencio- gritó el hombre cuya cara estaba encubierta por las sombras del yelmo- No respetaste las reglas impuestas, serás tratado como un intruso
El legionario, desenfundó su espada y reparó en la facción de pánico que aquel momento exponía el cazador, finalmente lo golpeó con la empuñadura, dejándolo inconciente y arrastrándolo hacia el castillo.
La sensación de ceguera, se había apoderado del joven cuando el estremecimiento de ser empujado sobre piedras, que rasgaban y cortaban su piel, lo inquietó
-Me… duele el cuerpo… ¿¿Qué sucede??- se quejó Beryl con dificultad para mediar palabra
Una extraña figura, difícil de distinguir, se le acerco y le estrecho la mano, para ayudarlo a levantar de aquel suelo húmedo
- ¿Dónde estoy?- preguntó el joven frotándose la cabeza
Aquel sujeto asintió:
-Si, comprendo tu confusión… no obstante, sabes muy bien que cometiste una infracción.
Beryl se le acerco, hasta toparse con la mirada de fuego de su interlocutor.
-¿Quién eres?- indagó con arrebato.
El hombre desvió la mirada, hasta que con sus ojos señalaron los del cazador.
-¿Tanto te preocupa saberlo?
El muchacho, se volteó y removiéndose el pelo del cuello, le reveló su golpe al insólito individuo.
-¿Qué te sucedió?- preguntó insinuante.
Beryl frunció el seño.
-¿No lo sabes? Porque justamente me preguntaba lo mismo...
El sujeto suspiró y empujo al cazador, con la intención de que este se abatiera al suelo, sin embargo no lo logro.
-¿Qué haces?- preguntó confuso.
El personaje, cuales pensamientos se centraban en el cazador, desenfundó de la pretina una daga, cuán filo colocó en el cuello de Beryl
- Trate de ser bueno contigo, mi intención no era que el ambiente se ponga denso…
-Tu… espera, tu eres ¡¡Eres el rey de los legionarios!!
- Eres tan idiota, mi joven cazador- agravió echándose a reír- En la legión, no existe la nobleza a más allá de los guerreros, cada uno de nosotros elegimos las leyes, el modo correcto de organización… mi nombre es Naite, líder de los legionarios
El líder, o rey como casualmente osaban llamarlo, imponía respeto a cambio del esfuerzo y sudor, de los ciudadanos.
Su disgusto era hábito para los súbditos, solía enfadarse por la más mínima situación.
-¿Por qué estoy aquí?- preguntó Beryl, poniéndose de pie suave y lentamente para no dañarse
Naite removió su arma de la piel del joven, no obstante le grabó una herida sangrante.
- Las leyes fueron creadas para un único fin, que sean respetadas, tú desobedeciste la más importante. ¿Crees que nosotros jugamos con las reglas? No permitimos que se vayan, para que no escapen y no correr riesgo, ni ustedes ni nosotros, en lo que refiere al enemigo ¿Qué sucedería si descubriesen nuestro pueblo? Hijo, no te preocupes ustedes pueden vivir de agua y frutas ¿Para que comer carne? Si les proveemos vegetales día tras día, sin ningún precio alguno
Beryl desvió la mirada
- Es injusto, nosotros como ustedes tenemos derechos…- aclaro frotándose el corte
- Exactamente, tu derecho de ahora en adelante será permanecer en silencio. Tal vez, unos días recluido te haga entender…
Dos hombres fornidos irrumpieron en la escena tomando al cazador de los brazos y arrastrándolo hacia un sufrimiento seguro, bruscamente lo lanzaron a una mazmorra.
El joven se mantuvo cruzado de brazos, inmiscuido en sus pensamientos, suponía la desesperación de la madre al no hallar a su hijo.
Sus ojos se cerraban, y su mente desaparecía lánguidamente hasta tornarse un sueño, en aquel se veía a si mismo como el rey de Narthian, batiendo finalmente a los legionarios. Inculcando en ellos sufrimiento, tal y como actualmente lo hacen con los campesinos.
-¡Despierta!- exclamaba una vos en la lejanía hasta dilatarse- ¡¡Despierta!!
- ¿Qué?- indago Beryl avivándose de su profundo ensueño- ¿Qué sucede?
El muchacho levanto la vista, hasta dar con un hombre vestido de ropas simples, hasta se diría, de vagabundo
-¿¿Quién eres??- inquiero el cazador restregando su cabeza
-¡¡Silencio!! Vine a rescatarte- indicó cediendo un arco y una flecha al joven
- ¡¡Mi arco!! ¿Cómo lo conseguiste?
-No hay tiempo de explicaciones chico- silenció con un dedo sobre su boca- Sígueme, conozco un atajo hacia afuera del castillo

Ambos se entremetieron por un gran orificio en la pared, en el cual su interior era devorado por la penumbra
- ¡Oye! Cuando me metieron aquí, no estaba este agujero…- aclaró
- Lo se, lo se- asintió el insólito personaje- porque yo lo hice… ahora, por favor has silencio
Beryl afirmó, sin embargo deseaba saber quien era su acompañante ¿Debía confiar? Era lo que se preguntaba minutos tras minuto
-Allí- señaló el sujeto un pequeño filtro de luz
- Y bien… ¿Cómo saldremos? No creo que quepas por ahí- indagó el muchacho acodándose a la pared
El hombre desenfundo de su cintura una filosa espada de bronce, la cual inserto en el muro hasta finalmente destrozarlo
-Bien, vamos- dijo envainando el arma y poniendo un pie afuera
El cazador le siguió de atrás, observando atentamente su alrededor, el cual solo era árboles y mucho herbaje, los pastizales se extendían cual el océano y las flores que este llevaba, crecían como una torre acariciando las nubes.
- Estamos en el jardín real- expuso tomando una flor del suelo- Hermoso ¿Eh?
- Si lo se, disculpa pero tengo prisa- dijo Beryl adelantándose al camino- mi madre debe de estar preocupada ¡¡Muchas gracias!!
-Comprendo, ve muchacho- mencionó- por cierto, mi nombre es Aristo…
- Oh, esta bien adiós- se despidió el joven meneando su arco en al aire
Finalmente, el cazador desapareció entre la espesura, encaminándose al pueblo donde su familia lo aguardaba preocupada
-Uno nace con el talento…- susurró Aristo apreciando el sol velándose en el horizonte- Si, uno nace, alguien hereda ese talento ¿Quién es el padre de ese chico?


-¡¡Mama!!- exclamó eufóricamente Beryl- ¡¡Llegue!! ¡¡Estoy en casa!!
Una mujer, se descubrió desde una habitación sosteniendo un pequeño esparrago
-¿Dónde estuviste hijo?- preguntó exaltada
-Estuve cazando- mintió para escapar de la situación- pero no tuve suerte
Luego, el muchacho sonrió y la miró con simpatía
-No vuelvas a asustarme nunca más…- regaño al joven
-No te preocupes… no sucederá- elucidó descansando su arco sobre la mesa- pronto creceré, y prometo librar a toda Narthian de los legionarios…
Su madre lo aprecio con orgullo
-Pero antes, necesitas dormir- indicó- te noto cansado…
- Bien, perseguir una liebre es muy agotador- respondió Beryl- Iré a descansar, mamá despiértame temprano
Ella afirmó y el cazador subió rápidamente las escaleras que daban con su habitación pequeña, no obstante, acogedora. En esta, guardaba herramientas, tales como lanzas, flechas y hasta cuchillos para cortar la carne, pese a esto su cama se encontraba deteriorada y junto a ella, reposaban una gran selección de libros, los cuales instruían a escribir, técnicas de caza, incluyendo cocina.
Beryl arrimó su cabeza en la almohada, y cubrió todo su cuerpo con una gran manta fabricada por su madre. Finalmente se durmió especulando sobre los legionarios, y de su odio a ellos.

La salida hacia un lugar mejor: Villadorada

-Beryl, Beryl…- insistía la mama, adulándole el cabello- despierta…
- ¿Qué?- sonsacó aun medio dormido- ¿Qué pasa?...
- No hay tiempo ¡Vamos!- expresó levantando a su hijo del brazo
Instintivamente, el muchacho se arrimo a la ventana y observo por ella, era de noche y unas abrumantes brasas devoraban la mayor parte de la ciudad
-¡¡Mama!! ¿Qué sucede?- preguntó señalando el humo que cubría el cielo tornándolo oscuro- ¿Qué paso aquí?
La madre lo empujó y lo jaló de la ropa hasta finalmente llegar al comedor
- Los legionarios…- explicó- se volvieron locos e irrumpieron en las casas, destruyéndolas… ¡¡Vamos!! ¡¡¡Date prisa!!!
Beryl se soltó de su madre y velozmente se aparto de ella
- No, no toleraré más esto…- Increpó tomando su arco y seguidamente las flechas
- ¡¿Dónde vas?!- gritó preocupada
-Lo siento, estaré bien… te veré en la catedral
Y brincó por la ventana, hasta pararse sobre un tejado. Corrió observando todo el imperio desde los techos, hasta que se detuvo.
Tomo el arco, y de su espalda desenfundo una flecha, la sitúo en la cuerda y finalmente tiró de ella.
La flecha se disparó cuan un rayo por el fuego hasta penetrarse en la cabeza de un legionario.
-Le di…- festejó apretando firmemente el puño
Luego, se impulso por encima de otro tejado hasta poder ver, en definitiva, toda la ciudad. Los caballos junto a sus jinetes, deambulaban provocando la matanza en Narthian
- ¿Por qué hacen esto?- pensaba con enojo e impotencia- Destruyen su propia ciudad, mas el sufrimiento que nos provocaban, hacen esto…
Tras esas ultimas palabras, se abalanzó sobre un legionario montado, que justamente pasaba por allí.
-¡¿Sangre?!- exclamó con sus ojos expuestos a la furia- ¡¿Quieres sangre maldito?!
Desenvainado una de sus dagas apuñalo al hombre, el cual abatió muerto sobre un montón de paja, finalmente Beryl tomo el control de la montura, guiándola por entre los edificios ardientes. Se detuvo. Tomo su arma y disparo una flecha al infante mas próximo a el. Descendió del corcel y sustrajo las ropas del soldado que yacía difunto, se las puso y avanzo discreto por entre sus enemigos.
Beryl era de muy alta estatura para su edad, por esa razón mas su forma de caminar, a los legionarios les seria difícil reconocerlo.

El joven cazador, vestido tras la apariencia de un legionario, se encauzó por entre la masacre observando atentamente los rostros de cada soldado, buscaba algo.
Finalmente sus ojos se abstrajeron y se iluminaron con el espanto de Naite al ver a Beryl con un puñal en su mano, con intenciones de usarlo.
-¡Espera muchacho!- gritaba aterrado el rey de la legión, mientras el joven se le acercaba mas y mas con deseos de saborear su miedo
- No, maldito…- refutó con fuego en su mirada- Te mataré, así seremos libres
- No, no ¡¡Ayuda!!- increpó pidiendo el apoyo de sus tropas
Tras el llamado, se acercaron dos caballeros, sin embargo Beryl decapitó al primero y apuñalo al segundo fijándole su arma en el pecho, luego se la arrebató.
-No puedes llamar a nadie, la ayuda soy yo… para que seguir viviendo una asquerosa vida como la tuya. La muerte es tu salida y aquí estoy, para ayudarte con ella.
Beryl se precipitó hacia el cuello de Maite con su arma en alto, no obstante este lo evadió y finalmente de su cintura empuño una espada, la cual incrustó en la pierna del cazador. Careciente de dolor, se inhibió el arma y golpeo con puño cerrado a Maite, que cayó desvanecido al suelo. Luego lo tomó de la ropa y golpeo su espalda con la puerta de una vivienda, abriendo la misma
-¿Te gusta el sufrimiento?- cuestionó el joven con su acento perverso-¡¿Te gusta?!
Maite atrancó la respiración y sus ojos se tornaron llorosos
-Debería matarte- denigró tomando conciencia y soltando al hombre- La muerte es la salida al sufrimiento, tu con tus influencias haces sufrir el imperio…
- Tu…- balbuceó el señor legionario- tu, estas loco muchacho… no te has dado cuenta y la furia te carcomió los pensamientos, dentro de poco el tiempo se transformara en una cuenta regresiva en contra de todo lo que amas...
Luego Maite retrocedió ante el enojo de Beryl y huyó indicando la retirada a sus hombres, que cedieron.
Curiosamente el joven cazador recapacitó y comprendió al final toda la furia que corría por sus venas
<< Se siente bien, porque quitarla>> pensó
El calor que provocaba el fuego, lamía las piernas de Beryl cuan hierba alta. Cada inhalación lo hacia absorber el aire abrasador y era demasiado seco para hacerlo sudar, no obstante lo bastante caliente para hacerlo desear despojarse de sus ropajes
Mas tarde el muchacho sentía fatiga, sin embargo apretó el paso pues había acordado encontrarse con su madre en la catedral, así pues continuó su camino hasta en la lejanía ver el edificio más alto de todo el imperio, la parroquia.
En este, antiguamente se hacían sacrificios y ritos sagrados, en base al diablo. Los sacerdotes de mas importancia hicieron un exorcismo en aquella iglesia, dejándola finalmente limpia.
- ¡Ey mama!- exclamo beryl unos pasos ante la catedral
La madre lo examinó frunciendo el seño, pues su ropa era semejante a la de un legionario
- Ah, hijo eres tu- vaciló- mira, tu hermana esta en el sótano ¡Ve por ella!
Aurea, la hermana mayor de Beryl amaba el arte de la poesía y acostumbraba escribir la misma. Usualmente se llevaba bien con su hermano menor, sin embargo algunas peleas se transcurrían en sentido al sarcasmo del cazador, o quien comía el trozo más grande de manzana.

Beryl cogió a su hermana y se la llevo a cuestas como pudo hacia el exterior de la casa donde estaba su madre con un caballo listo y con dos mochilas colgando por los costados del animal.
-Beryl coge a tu hermana y al caballo y iros de aqui yo y tu padre estaremos bien id a villadorada con vuestro tio que vive en Ventormenta os recibira alli en unas horas a las 12 de la noche, Rapido no perdais tiempo!
Beryl cogió el caballo y su hermana sin protestar y fue camino a Villadorada, no se sabia el camino pues salir de la ciudadela estaba casi prohibido, pero tenia un mapa y lo iba a seguir hasta el fin del mundo pues en ello consistia su libertad y la de su hermana.

(La ciudad es inventada por mi espero que no se lo tomen a mal)

Bueno, me parece lógico, muy humano en definitiva...
Por mi, aceptada. Aunque ya sabes que esa aldea no existe, por lo que no podrás rolear con ella a no ser que se me ocurra alguna cosa de las mias xD. Ya veremos.
Bienvenido a K'aresh ^^

Ya se que no existe es mas me la e inventado y espero que os hayas dado cuenta. . .es mas lo puse entre parentesis al final si no recuerdo mal , por eso alfinal de la historia me e ido de la ciudadela para que no tengais que crear una ciudadela falsa. . . .

Bueno, veo que ya la han aceptado, pero he observado algo, hay humanos cazadores? la historia esta bien, lo de la ciudad es un poco raro a la hora de rolear pero algo se podra hacer como dijo Nerof, hablare con el administrador para ver que hacemos con la clase que has elegido.

P.D. La catedral de la luz es gigantesca... seguro que la de tu ciudad lo es mas? xD

De todas maneras, Bienvenido a K'aresh ^^

Si ya hable con el administrador y me dijo que si me curraba una historias lo bastante buena me dejaba hacerme humano cazador.....espero que no les moleste ^^

Claro que no ^^ si es asi perfecto

Ok estoy deseoso que abrais el servidor y poder rolear con Beryl

Bueno, despues de leerme tu historia, me contratula saber que vas a ser uno de los primeros en entrar en el servidor.

Pero aun asi, tengo que recalcar ciertas cosas de tu historia, como la ciudad inventada...

La historia queda aceptada, pero comprende que no hay clase de "humano cazador" y que tendria que ponerme a tocar cosas de la base de datos, rolea ese personaje y cuando te tenga listo el humano cazadar te aviso

Bienvenido a K'aresh

Si lo tengo claro , pero una pregunta no me puedes desde adentro cambiarme de clase sin mas?

Aunque si no se puede con hacerme un rogue ya estaria, pero intentar hacer lo del cazador gracias *sonrie*

Doi de baja a mi personaje Beryl porque? la razón es clara es una preocupacion constante y una perdida de tiempo impresionante para los gms, aparte que tienen que tocar cosas extrañas en la DB, posteare una historia nueva de otro personaje en cuanto la termine.

Perdonen las molestias.