Murmullos, llantos… ¿por qué no me puedo mover? El viento helado mueve mis cabellos, que se enredan sobre mi rostro. Me molestan, pero mi mano apenas responde.
Una voz se alza sobre los murmullos. ¿Papá? Si, es su voz, aunque temblorosa. A papá nunca le tiembla la voz, dice que un líder no puede permitirse que le tiemble ni la voz. Por fin puedo abrir los ojos, pero solo veo una maraña blanca. ¿Mi pelo? ¿Por qué es blanco?
“…no quería pensar que era esto lo que había ocurrido…” el viento se lleva la voz de papá. El viento no debería ser tan frío. Ayer hacia tanto calor…
“…esto tiene que acabar… no podemos consentir que sigan arrancándonos a los nuestros…” he oído esas palabras de la boca de papá millones de veces. Siempre dando fuerzas a los guerreros para que no tengan piedad con los no muertos. Pero hoy suena diferente.
Un fuerte gemido. ¿Mamá? “¡Oh, dios mío!” ¿Qué te pasa mamá? ¿Pero porque no me puedo levantar? “Os dije que le impidierais salir de su habitación, acabemos pronto” Empieza a hacer calor.
“¡Nunca debí dejar que fuera sola!” Quiero levantarme. “Fue culpa mía, era demasiado joven” Mamá… siempre igual. Por mucho que crezca, por mucho que aprenda, por muy fuerte que me haga, para ella siempre soy su pequeña e indefensa. Papá sí reconocía mi fuerza. Él me enseño a coger una espada, a montar, a matar… gracias a él me he convertido en la guerrera más joven de la ciudad, mejor que la mayoría. Me sentí tan feliz cuando ayer por fin me permitió acompañarle a una de sus cacerías, quería sentir por fin el acero de mi espada atravesando a esos nauseabundos muertos. La cacería… ¿caí del caballo por una ladera? Sí, uno de ellos me tiró... Qué calor hace ahora.
“¡Nehl! ¡Nehl! ¡Para Gandor! ¡Déjala!” “No, es la ley, debemos deshacernos… Lleváosla” “¡No! ¡Dejadme! ¡Nehl!”
¡Mamá! ¿Por qué no puedo gritar? ¡Mamá! Quiero salir de aquí, no aguanto el calor, me quiero levantar. Mamá, papá ¿qué pasa? Sacadme de aquí.
Puedo moverme, mis piernas se mueven, puedo incorporarme. Fuego. Me rodean las llamas. Silencio. Nadie articula una palabra. Veo el rostro de mi padre entre el fuego, atónito. Le cae la antorcha de las manos. “Papá…” “Demasiado tiempo ha pasado, demasiados meses… Demasiado tarde la encontramos…” Mamá esta arrodillada en el suelo. Su rostro desencajado. “Mamá…” Todos me miran perplejos… Un gemido horrible sale de la boca de mi madre.
Me quemo, se queman mis pies, mi vestido está ardiendo. No controlo aún bien mis piernas, pero puedo saltar. El suelo esta frío, veo mis pies, negros, pero ¿por qué mi piel es plateada?
Un gran alboroto se ha armado, muchos huyen, otros se dirigen hacia mí armados. Me atacan, ¿por qué? ¡Intentan matarme! Pero aún así, soy superior ellos. Con un palo ardiendo puedo derribarlos. Pero son demasiados, mis movimientos son torpes, mejoran poco a poco, pero son demasiados.
Un rostro conocido, mi primo, atraviesa mi hombro con su espada. Voy a morir…
Se oye un alboroto a unos metros, parece que alguien más está luchando. Todos los hombres que me rodean salen disparados por el golpe de una enorme maza. Empuñándola hay un muerto gigantesco. Le miró fijamente, sus ojos negros me escrutan como si ya me conocieran. De un movimiento me coloca sobre su hombro y empieza a andar, mientras con su maza aparta hombres y más hombres. Entonces mi padre se coloca delante. Lleva su espada, es el fin, si es rey es por su fuerza. “Déjala en el suelo, he de acabar con ella”
No comprendo cómo, el enorme muerto lanza una especie de daga hacia mi padre, logra esquivarla, aunque le roza y corta su mejilla. Aprovecha esto y, a una gran velocidad, monta un esquelético caballo, me coloca entre sus brazos y el caballo empieza a galopar enérgicamente. Flechas impactan a nuestro alrededor, incluso en el caballo y el muerto, pero ni se inmutan.
Miro atrás, fuego, gente abatida en el suelo… mi padre erguido con su espada, mi madre en el suelo llorando y apartándome la mirada…
“este ya no es tu lugar, ven conmigo, soy Lúgar, te enseñare a luchar, a matar a gente como esa”
Mi padre ha intentado matarme, mi madre siente repulsión hacia mí, todo lo que constituía mi vida se ha vuelto en mi contra. Mi vida… ahora estoy muerta y juro que me haré más fuerte, volveré y mataré a todos los que me han despreciado, arrancaré sus cabezas y las clavaré en lanzas a las puertas de la ciudad, y la primera será la de mi padre… esto no va a quedar así…
Mar Jul 01, 2008 12:03 am
