Ainn Lyluz [ Elfa de Sangre] PALADIN

Bueno, espero que les guste.
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No me tumbó del primer golpe aunque sin duda fue mas una elección suya que mía. Su pesada armadura de placas y una espada tan enorme como descomunal, me paralizaron en cuerpo y mente. De entre todas las casas deshabitadas donde me podría haber colado, maldecía para mis adentros haber elegido esa.

Cuando descargó por segunda vez la empuñadura sobre mi cabeza, me derrumbé. Apoyo su pesada bota sobre mi abdomen y arrancó de mi rostro el parche de lino tras el que me escondía. Con todas mis fuerzas arrebatadas por el miedo y el dolor apenas pude articular unas pocas palabras.

- Estoy maldita…...

- Maldita, o no, hay magia de algún tipo en ese ojo, yo la sellare por ti, si es lo que quieres, pero tendrás que pagarlo.

- No tengo dinero….

Sus manos se iluminaron de una blanca luz y tocaron mi rostro, en un instante cayó el sueño como un pesado saco de arena sobre mi mente, y apenas alcancé a oír su voz.

-¿Cuál es tu historia pequeña?



Ya hacia muchos años que las voces resonaban en mi cabeza sin necesidad de ver el pavor dibujado en el rostro de mis… hermanos. No es fácil vivir entre la marca innata de una maldición y una familia destrozada por azote. Producto de un amor forjado de una intensa relación comercial que durante años fue uniendo emocionalmente a mis padres, crecí entre picos y forjas de un negocio que algún día debería haber heredado.

Desde que yo recuerdo siempre tuve que ir con un parche en mi ojo derecho, despojada de un miembro desde el mismísimo día de mi nacimiento, me acostumbre enseguida a esconder aquella característica nefasta. Puede que el color sangriento de mi ojo derecho fuera una atrocidad, objetivo de espantosas historias y brujerías, pero bajo aquel parche de lino, mi ojo, maldito, o no, era capaz de ver. Todas las noches desde que puedo recordar mis sueños no son más que horrorosas pesadillas, escenas sobre las que se ciernen la mas oscura de las desgracias, visiones inconexas y sin significado, donde la muerte siempre alcanza su objetivo.

Durante las iniciales arremetidas del azote sobre las murallas de nuestro reino, mi padre trabajaba sin descanso suministrando de armas y armaduras al ejército de nuestra nación. Unas pocas monedas que apenas nos daban para comer, mientras que mi madre recolectaba sin tregua los preciados minerales que mi padre necesitaba.

“La pesadilla del Azote llamaba a nuestras puertas y no iba esperar una invitación para entrar.”

Simplemente un día ya no volvió, recuerdo que no me di cuenta o no quise hacerlo, hasta que mi padre me saco de casa con las pocas cosas de valor que nos quedaban y quemó lo que hasta aquel día había sido nuestro hogar. Recuerdo que fui llorando todo el camino hasta el campo de refugiados instalado bajo las sombra de las murallas de Silvermoon.


Supongo que el mismo día que perdí a mi madre, también perdí a mi padre. Ahogado en un mar de penas y dolor, fue vendiendo por todas las tabernas lo poco que quedaba del negocio familiar. Cuando la plaga del Azote tocó a las puertas de la ciudad de Silvermoon, nada quedaba que le hubieran podido arrebatar, mas que las deudas.

Así como a mi madre la perdí en un instante, un golpe seco, punzante y desgarrador que apenas duro unos días, la agonía de ver durante meses, como mi padre se marchitaba entre tabernas y callejones, quitándose la vida a cada trago, pegándome y maldiciéndome hasta el final de sus días, fue una pena demasiado grande con la que cargar. Todavía puedo recordar ese olor a sangre e hidromiel que desprendía en su último aliento, me agarró del cuello y susurro a mi oído.

-Maldita, maldita tu y tu ojo que perseguís a la muerte en sueños y la cernéis sobretodos nosotros. Nunca debió traerte………



En cuanto desperté, una alegría interior se fue apoderando de mi, para alguien que durante todas las noches de su vida el único anhelo había sido despertar, por primera vez sentía que quería seguir dormida. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz, la vi, ya sin su pesada armadura pero sujetando igual aquella enorme espada.

Ella nunca pregunta siempre afirma, un Caballero de Sangre de pocas palabras. Me miro como quien observa un gato moribundo, y dijo:

-A partir de hoy serás mi aprendiz, así pagaras tu deuda.

Ciertamente no creo que nunca encuentre ninguna forma de pagársela.


"Se fuerte, vence tu miedos, combate la oscuridad con la luz, y no dejes que el poder te ciegue".

Bal'a Dash. Pufff!! Analisis Constructivo para no echarte piropos =P
Originalidad: Bastante buena.
Coherencia: Alta
Historia: Completa
Nivel de narracion: Buena (tirando a alta)

Personalmente, me a gustado bastante...y como GM Sin'dorei, quedas absolutamente acpetada, a no ser que alguien objete lo contrario y si es asi...ya puede preparar buenos argumentos xDD

Bienvenid@ a K'aresh.

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Gracias, me alegro de que te haya gustado ahora te mando un mp.